A propósito de estas días en los que muchos nos inclinamos a hacer un recuento audiovisual, principalmente del cine de terror, le pedimos al querido Arturo Castelán (cineasta, director del Festival Mix de Diversidad Sexual en Cine y Video y co fundador de este festival Macabro), a partir de una serie de imágenes posteadas en su perfil de facebook , que nos escribiera un texto de sugerencias cinematográficas de Día de muertos. Aquí les dejamos el resultado.

En el país que festeja a los muertos, son relativamente pocas las películas que le dan la voz a los difuntos y su irrefrenable sed de seguir contando, seduciendo e hipnotizando a los vivos con sus aromas a incienso, cempasúchil y pan.

PEDRO PÁRAMO es quizá la mejor novela mexicana, porque su autor Juan Rulfo se desató del corsé realista de nuestra literatura para hacernos escuchar los murmullos de un pueblo fantasma en la provincia y sus habitantes, espectros sedientos de sexo y poder. El cine nacional se ha acercado con demasiado respeto a esta obra pero la versión de Carlos Velo destaca por la fantasmagórica fotografía de Gabriel Figueroa y sus actuaciones (el actor americano John Gavin, Pilar Pellicer desatada, Jorge Rivero soberbio). La versión de José Bolaños de esta novela, EL HOMBRE DE LA MEDIA LUNA es a colores y tiene la curiosidad de contar con un soundtrack original de Ennio Morricone, compositor tan pop como lleno de sorpresas oscuras como esta. Y no nos alejemos de la sombra de Rulfo para recomendar también a los ectoplasmas atemporales, aunque noventeros en estética, del realizador Roberto Rochín, quien en PURGATORIO saca de la sepultura algunos escritos inéditos de este mágico autor ahora añadiendo a su gloria, retorcidas leyendas urbanas.

Por otra parte y ya en plena ciudad, EL ESQUELETO DE LA SEÑORA MORALES vive insepulto y castigado por su marido, un buen hombre dedicado a la taxidermia quien es llevado por su esposa, una guapa mujer escandalosamente pródiga en humillaciones para su cónyuge, a tomar medidas desesperadas, enloquecidas y crueles para sacar a flote su matrimonio… de una manera perversa y anticonvencional. En manos de su director Rogelio Gónzalez, este cuento que bien podía haber escrito Poe, se ha convertido en la mejor comedia de humor negro realizada en México con actuaciones extremas de Amparo Rivelles y Arturo de Córdova, dando una de sus muchas variantes al personaje del científico loco.

A través de un personaje basado un asesino serial mexicano de los cincuenta, el maestro del surrealismo Luis Buñuel toma en ENSAYO DE UN CRIMEN otro cuerpo –ahora un maniquí- al que arrastra, destaza y quema mientras su personaje principal se obsesiona con la mujer a la que ha tomado como modelo, quien se la pasa jugando con él. El que esta mujer sea Miroslava Stern (bellísima actriz europea de un churro popular llamado “La muerte enamorada” y símbolo del suicidio en nuestro cine) le añade algo más que macabro a esta comedia negra.

Buñuel de nuevo, hace lo que puedo en el medio rural mexicano para llevarnos una historia de rencor que rompe las barreras del más allá, la novela de Emily Bronte “Cumbres borrascosas”, aquí bautizada como ABISMOS DE PASIÓN, donde su fantástico final necrófilo trasciende una película lejana y tiesa como la muerte.

 
Hay más filmes fallidos donde los muertos se comunican y emiten un par de frases que enloquecen a los vivos. Dos ejemplos: LA LLORONA de Chano Urueta que nomás no les ha quedado bien ni en animación y HASTA EL VIENTO TIENE MIEDO (Taboada) que ha sido filmada dos veces para contar una historia de venganza entre mujeres que ha sido llevada hasta el lesbianismo en su última versión (Gustavo Moheno).

Pero la joya del grupo es MACARIO de Roberto Gavaldón, filme basado en B. Traven donde la estampa mexicana virreinal de la muerte –bordada alrededor de la idea del pecado y la necesidad- logra una poesía fílmica tan rotunda que fascinó al mismísimo Ingmar Bergman.

Por: Arturo Castelán

Imágenes: Internet