Por: Casandra Vicario. Imagen: Flickriver.

Hoy nos traslados a la Delegación Benito Juárez, a Av. Río Mixcoac y Campana, lugar en donde muchos afirman que el mismísimo chamuco hace acto de presencia: El Callejón del Diablo.

Me atrevo a afirmar, sin temor a equivocarme, que no hay ciudad o estado en México, que no tenga su propio Callejón del Diablo, pero el que tenemos en la Ciudad de México es sin duda uno muy interesante.

Como buen callejón, no es muy ancho, muy pocos lo ubican con facilidad, está rodeado de altos muros, que antes eran grandes y tenebrosos árboles.

La historia detrás de éste lugar, nos remite a un hombre anónimo que aseguraba no tener miedo de éste lugar, aunque se decía que él, se aparecía el diablo, se aventuró a cruzar el callejón a altas horas de la noche, justo a la mitad, el hombre vio una sombra en uno de los árboles y se reía de forma bastante, bastante siniestra.

El hombre, asustado, perdió toda la valentía que le quedaba y corrió para evitar ser atacado por Lucifer.

La leyenda trascendió, y se ha comentado que algunos de los alumnos de la escuela que está muy cerca  que se han asomado a la ventana, han tenido la desgracia de toparse con el demonio y han encontrado un dramático y triste final.

Una buena historia, para pasar el rato, y quizá un buen motivo para armarse de valor con unos amigos y cruzar tranquilamente éste estrecho callejón, con todos los sentidos aguzados para no perder detalle de lo que por ahí, pueda ocurrir.

Ojo, no es el mejor lugar para ir a tomar unas chelitas, pues seguro que el diablo no se aparece, sino algo muchísimo peor: la policía.