Por Iván Farías

Este perro infernal llamado Macabro cumple ya 21 años, por lo tanto, ya podría pedir cerveza y fumar sin necesitar permiso alguno. Aunque, bueno, la verdad es que nunca lo ha hecho. Con tantos años a cuestas es el festival de género más longevo y consistente de nuestro país. Uno que ha sorteado todo tipo de terroríficos desafíos, desde la fosa y el péndulo, por decirle de alguna forma a los vaivenes políticos; las plagas exterminadoras, como la pandemia de la que vamos saliendo, hasta las pequeñas bestezuelas que quieren boicotear los pequeños detalles en cada función. Sí, como Titivillus, que siempre quiere colar faltas de ortografía en las subtitulaciones o los terribles gremlins que desean destruir cualquier maquinaria.

Los aficionados al cine de terror de la Ciudad de México saben que tienen una cita anual con El Macabro, para disfrutar lo que nos ofrece emisión tras emisión, es decir: cine de terror. Más allá del plato fuerte que son las películas, siempre hay un espacio para lo que circunda alrededor del horror.

Este año, como aficionado al deporte de los costalazos y los laboratorios de cartón piedra estoy feliz, ya que habrá una increíble exposición en el Museo Panteón de San Fernando con diversos carteles y lobby cards originales de varias producciones nacionales en las que los enmascarados hicieron justicia frente a marcianos, mad doctors y monstruos en general. Este cine es un reflejo fiel del barroquismo y el deseo de integrarnos al mundo, adaptando a nuestra idiosincrasia los temas del momento, aportando en el camino, a los héroes de carne y hueso enmascarados.

Otro aporte interesante a esta revisitación que hace el festival a nuestro cine con cada emisión es sin duda el homenaje llamado “El endemoniado mundo de Enrique Rocha”. Digna distinción a uno de los actores más peculiares que ha dado la cinematografía nacional. Con una voz profunda, una mirada intensa, era un villano natural, que pudo desempeñarse en televisión y claro en el cine encarnando lo mismo a un vampiro, un psicópata obsesionado y al mismísimo Satanás.

Este año, como no podía ser de otro modo, el Macabro guarda agua en su cantimplora, se pone las botas con picos, hace acopio de balas y saca la escopeta recortada porque estamos viendo en la distopía. Debido a esto, proyectará el clásico de Richard Fleischer, con Charlton Heston, Soylen Green, conocida en nuestro país como Cuando el destino nos alcance, ubicada en ese entonces un futuro 2022, es decir ¡nuestro 2022!

Además, también estarán El planeta salvaje, esa verdadera obra maestra de la animación dirigida por René Laloux, y escrita por el mismo y el artista pánico Roland Topor. Se suma otro clásico escrito y dirigido por John Boorman, Zardoz. En el que Sean Connery deja atrás el traje hecho a la medida por un peculiar disfraz que deja ver mucho de sus humanidad, y así partir a buscar “brutales” y exterminarlos.

A estas cintas se suman propuestas de Brasil, Guatemala, Argentina, Reino Unido, Estados Unidos y claro, nuestro país. Está, por ejemplo, la obra de El ojo y el muro, del guatemalteco Javier del Cid, quien nos ofrece una distopía en la que un estado totalitario, gracias a un muro, evita que más gente entre a la ciudad. La argentina Lo inevitable, de Fercks Castellani, en el que un Apocalipsis religioso está a punto de suceder hasta que un autoproclamado Salvador aparece. Además de la española El año de la plaga, dirigida por Martin Ferrera, una comedia en la que un hombre, con el corazón roto, descubre una peculiar plaga que comienza a afectar todos sus vecinos.

Tú también, haz acopio de alimentos, prepara el cubrebocas con estoperoles y ¡ven celebrar el Macabro 2022!