Por: Diego Vilchis

A más de doscientos años de su natalicio, Edgar Allan Poe se ha convertido en una de las figuras más importantes en la literatura universal.

Poco se puede decir de su ya repasada biografía y obra literaria que no se conozca: quedó huérfano a la corta edad de dos o tres años, fue adoptado por el matrimonio de Francis y John Allan (de donde sabemos acuñó su segundo apellido), tuvo conflictos con su padrastro y abandonó dicho hogar, se casó con su prima Virginia Clemm quien contaba con tan sólo trece años de edad y murió de tuberculosis a los veinticuatro,  fue periodista, era adicto al alcohol, en los últimos años de su vida padeció delerium tremens que desarrolló gracias a su adicción, murió en Baltimore bajo circunstancias aún misteriosas, y su trabajo jamás fue reconocido durante su vida como ahora lo es.

También sabemos sobre su versatilidad narrativa de la cual dio frutos en el ensayo, la crítica literaria, la poesía y, por supuesto, el cuento corto. Este último, del cual permanece un legado bajo el nombre de Narraciones extraordinarias, dejó en claro que la maestría de Poe radicaba no sólo por su estilo romántico – alimentado por las obras del gótico inglés y alemán – sino también por su propuesta: la atmósfera opresiva y claustrofóbica compuesta por el abandono violento y decadente de la cordura, la pérdida de la musa, los esbozos de lo sobrenatural, lo asombroso e incomprensible, todo ello adornado por lugares ruines y personajes sombríos, quizá como proyecciones del interior desolado y desconocido. Hablamos, por supuesto, de la máxima expresión del gótico tardío en Estados Unidos.

Tampoco podemos dejar de lado su importancia en las generaciones posteriores. Sabemos que Howard Phillips Lovecraft lo tuvo entre sus mayores influencias, y que, por supuesto, le daría motor al género negro a raíz de cuentos como Los asesinatos en la Rue Morgue, La carta robada, así como Las aventuras de Arthur Gordon Pym – historias importantísimas en la creación del ya famoso Sherlock Holmes.

La obra de Poe trascendió como nunca lo pudo haber atestiguado su autor. Hoy en día son muchísimas las referencias que de él pueden derivar, y me gustaría hacer un breve repaso por las áreas en las que ha dejado huella

Literatura

El autor bostoniano tuvo varios detractores – Rufus Wilmot Griswold, el más célebre por sus críticas póstumas –; sin embargo, nunca pudieron restar grandeza a sus textos, que florecieron en la mente de otros letristas como lo fueron Charles Baudelaire, los mismos Lovecraft y Conan Doyle, Robert Louis Stevenson, lo mismo que Jorge Luis Borges, Julio Cortázar, Horacio Quiroga, Bernardo Couto Castillo (de quien ya hablamos antes aquí), entre otros autores.

Música

Muchas son las referencias existentes de Poe en la estirpe musical. Se encuentra, por ejemplo, la ópera del compositor estadounidense Dominick Argento, The Voyage of Edgar Allan Poe (1975 – 1976), así como la sinfonía coral The Bells (1913), compuesta por el ruso Sergei Rachmaninov, y cuyas letras no son otras sino las del poema del mismo nombre por el escritor norteamericano.

Queen compuso el tema “Nevermore” que se encuentra en su disco Queen 2 (1974), al igual que Iron Maiden con “Murders in the Rue Morgue” de su segundo disco, Killers (1981); Lou Reed sacó en el año 2003 su álbum conceptual The Raven; The White Stripes se basaron en el cuento The masque of the Red Death para su canción “Red Death at 6:14”, de igual manera que Soda Stereo para su canción “Corazón delator” el cuento del mismo nombre, en disco Doble Vida (1988); en la escena underground y gótica, bandas como Siouxie and the Banshees y Sopor Aeternus, por mencionar algunos, tienen una influencia marcada por la literatura de Edgar Allan Poe en algunas de sus canciones.Cine y televisión

El trabajo literario de Poe se puede apreciar en las pantallas bajo diversas formas. En el cine, el trabajo más conocido es aquel por el dúo de Roger Corman y Vincent Price en películas como House of Usher (1960), The pit and the pendulum (1961), The Raven (1963), The masque of the Red Death (1964) y The tomb of Ligeia (1965). Jan Švankmajer, maestro checo de la animación, tiene, entre varios filmes, Lunacy (2005), largometraje influenciado también por la narrativa del Marqués de Sade, que recuerda un tanto a La mansión de la locura (1973), filme dirigido por Juan López Moctezuma, pues ambos están basados, en parte, en el cuento The system of Dr. Tarr and Prof. Fether. De forma personal, creo que la adaptación fílmica animada de Batman: Year Zero (2011) contiene una alusión directa al poema The Raven – en general, el universo de Batman tiene referencias a la literatura gótica.

En la pantalla chica, Los Simpson se hacen cargo de una magistral adaptación de The Raven en el especial de noche de brujas de la segunda temporada, narrado por la voz de James Earl Jones. Para la serie Masters of Horror, Stuart Gordon dirige el episodio “The Black Cat” (2007) en la segunda temporada. La primera temporada de la serie The Following se basa en un asesino cuya inspiración son los trabajos literarios de Poe.

Son doscientos ocho años de su nacimiento, y la estirpe creativa y artística no deja de dar frutos continuos bajo diversas formas narrativas. El legado de Poe es alquimia: la sustancia primordial transformada en lo elemental, en lo perpetuo. Larga vida al terror y a sus mentores.

Al maestro de vuelo sombrío y pelaje oscuro.