Lovecraft en la cultura popular. El caballero de Providence, a ochenta años de su partida

Posteado por: Diario Macabro
16/03/2017

lovecraft

Por Diego Vilchis (@silens_aeternum)

El 15 de marzo de 1937, a la edad de cuarenta y seis, fallece en su natal Rhode Island el escritor norteamericano Howard Phillips Lovecraft, recluido por el cáncer de intestino que ya padecía desde hacía un tiempo. En vida, sus letras prevalecían en las publicaciones de Weird Tales, en trabajos para otros escritores y bajo seudónimo, así como en el inmenso epistolario del que se tiene registro. Fue hasta después de su muerte, como algunos otros escritores, que su estirpe creativa diera frutos. Hoy, el caballero de Providence es uno de los grandes maestros del terror y uno de los pilares del género en el siglo XX.

Niño prodigio que ya escribía desde los seis años, sus intereses mostraban la versatilidad con la que su mente voraz y su audacia transitaban: desde Las mil y una noches (que influyó en la creación de Abdul Alhazred) y la vasta mitología griega, hasta la química y la astronomía (la primera publicación que fundó fue The Scientific Gazzet, a la edad de nueve). Lo mismo le gustaba la poesía que la ciencia. Whipple Van Buren Phillips, su abuelo materno, fue en gran parte el culpable de que el pequeño Howard se alimentara de aquellas paredes cimentadas de libros.

No podemos dejar de lado esa casi inevitable relación entre la genialidad y la tragedia: ya desde pequeño manifestaba con frecuencia enfermedades tanto físicas como psicológicas; las muertes de su abuelo y su madre, así como el suicidio de Robert E. Howard, amigo cercano, lo marcaron económica y emocionalmente. La depresión fue algo que lo acompañó en diversos momentos de su vida, delegándolo, entre otros factores, a un aislamiento que ya era familiar.

El trabajo literario de Lovecraft fue amplio. En la ficción, su obra podría dividirse por etapas, pasando por la influencia del gótico, el denominado ‘ciclo onírico’, y por supuesto, su trabajo más conocido, extenso y alabado: los mitos de Cthulhu. No obstante, también escribió trabajos acerca de la literatura, como Supernatural horror in literature (1927), uno de los ensayos más importantes acerca de la literatura de terror; de igual manera, colaboró en proyectos de corte científico y periodístico, como en United Amateur Press Association y The Providence Tribune

Cobijado bajo el manto de Poe, Dunsany, Blackgood y Machen, por citar a algunos, entintó con negro las letras de sus descripciones apócrifas y sus crónicas prohibidas de lo que yace oculto entre los ojos ajenos a la estirpe humana, en los confines de versos prohibidos (¡sí, malditos libros!) y la ventana hacia un onirismo abominable. Su estilo es una aseveración detallada de lo inimaginable.

A ochenta años de su ausencia, el impacto de su obra repercute en la cultura popular contemporánea

 

Literatura

Quizá la repercusión más inmediata fue en la literatura. Ya había cimentado relación con varios escritores a través de cartas cuando se formó el ya conocido ‘Círculo Lovecraftiano’, que contribuyó a nutrir las filas de los Mitos de Cthulhu. Tras su muerte, August Derleth, uno de sus más cercanos amigos, y Donald Wandrei, fundarían la editorial Arkham House con la finalidad de rescatar y publicar la obra de Lovecraft. El ‘Círculo’ no se disolvió: Clark Ashton Smith, Robert Bloch y Frank Belknap Long, continuaron ampliando la profana mitología.

Stephen King escribió el cuento Jerusalem’s Lot (1978), vinculado a su novela Salem’s Lot (1975), que da como resultado un tributo magistral al escritor de Rhode Island. Jorge Luis Borges escribe There are more things en El libro de arena (1975), al igual que King, a manera de homenaje.

Música

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El impacto musical más profundo que tuvo la obra de Lovecraft se centra, casi siempre, en el género del metal. No resulta extraño debido a los temas manejados por el estadounidense: una cosmogonía propia alimentada por la mitología en general y el ocultismo.

Es conocido el caso de Metallica, quienes componen ‘The call of Ktulu’, incluida en el Ride the Lightning (1984), así como ‘The thing that should not be’ en el Master of puppets (1986), basada en el cuento The shadow over Innsmouth; Black Sabbath escribe, para su disco homónimo de 1970, ‘Behind the Wall of Sleep’; Cradle of Filth lo hace con ‘Cthulhu Dawn’ en el Midian (2000) y su álbum Lovecraft & Witch Hearts (2002); Dream Theatre, con ‘Dark Eternal Night’, basada en Nyarlathotep, que está incluida en Systemathic Chaos (2007); Therion, para su álbum doble Lemuria /Sirius B (2004), incluye el tema ‘Dagon’; la banda de rock sicodélico H.P. Lovecraft es un homenaje entero al escritor y su obra.

Medios audiovisuales

reanimator

El mundo cinematográfico tiene entre sus cintas varias adaptaciones del trabajo de Lovecraft, pero cabe resaltar los filmes realizados por Stuart Gordon y Dennis Paoli: Re-animator (1985), From Beyond (1986) y Dagon (2001), así como el episodio The dreams in the witch house para la primera temporada de Masters of Horror (2005).

Varios también son los títulos que en las pantallas de los videojuegos han desfilado: Eternal Darkness: Sanity’s requiem (2002); Alone in the dark (1992); Call of Cthulhu: Dark corners of the earth (2005); The Last Door (2013), por mencionar algunos.

En la pantalla chica, en la temporada catorce de South Park, Cartman invoca a Cthulhu para usarlo en beneficio personal. Para la Casita del terror número 24 de Los Simpson, Lovecraft aparece con Poe, tomando café. En la serie animada de Los Cazafantasmas se dedica un episodio entero a los Mitos de Cthulhu.

A ochenta años de su partida, el legado de Lovecraft es la sombra incierta que prevalece a través de los eones, que abraza con su manto arcano y yace oculto en la conciencia onírica, entre mausoleos erigidos por conciencias olvidadas y la oscuridad penetrante que resuena, estremece… y susurra.

El caballero de Rhode Island murmura desde aquellos parajes desolados y confinados bajo signos innombrables. Su sentencia, como su epitafio, es absoluta:

I am Providence.

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