Un año más sin Poe
Por: Casandra Vicario
El 19 de Enero, se cumple un año más del nacimiento del escritor Edgar Allan Poe, encontrado culpable de introducirnos a muchos de nosotros en el mundo de la literatura fantástica, policiaca y de terror.
Mucho se habla y se conoce sobre la vida de éste autor, pero poco se habla de los detalles que giran alrededor de su fallecimiento, el cual es todo un caso digno de un investigador como Auguste Dupin, creado por Poe, y que hiciera su debut literario en 1841 en el texto “Los Crímenes de las Calle Morgue”.
Poe desapareció un 27 de septiembre de 1849, avisó a su prometida de un viaje a Filadelfia, pero no se supo nada de él, hasta 6 días después, pues fue encontrado en las calles de Baltimore, sucio, cerca de la inconsciencia y portando ropa de otra persona.
Fue Joseph Walker quien logró que Poe diera el nombre de un amigo, que resultó ser también conocido de Walker e inmediatamente se puso en contacto con él para avisarle la situación tan terrible en la que se encontraba el escritor.
Fue así como llegó el Dr. Snodgrass a su encuentro con Poe, quien se encontraba en pésimo estado de salud y fuera de sí, fue llevado a un hospital en Washington pero los doctores nada pudieron hacer por él.
Edgar Allan Poe, entró en delirio, cuentan que hablaba con “cosas” y “entidades fastamagóricas” que veía en las paredes, también se dedicó un tiempo a mencionar el nombre “Reynolds”, pero nadie sabía a qué se refería, ni quien era ésa persona.
El 7 de octubre, el cuerpo de Poe dejó de latir y respirar, sus últimas palabras fueron “El Señor se Apiade de mi pobre Alma”, ¿Qué es lo que le pasó a Edgar Allan Poe durante ésos días en los que estuvo desaparecido? Nadie ha podido dar una explicación razonable al respecto.
Con la poca documentación que existe sobre el asunto, se sabe que no hubo una autopsia al cadáver del escritor y los reportes médicos se han “perdido”. Lo que sí conocemos es que Edgar Allan Poe fue enterrado en la Westmister Presbyterian Church, y por muchos años su tumba careció de una lápida o un nombre para identificarla.
En 1860, un sobrino de Poe de nombre Neilson, mandó hacer una lápida, pero un tren descarriló y dañó el espacio de trabajo del escultor que estaba encargado del asunto y la única lápida que quedó destrozada fue la del escritor residente de Baltimore. Su sobrino no tuvo dinero para hacer un nuevo monumento.
Fue hasta 1875 que el grupo “Pennis for Poe” logró recaudar fondos para hacerle un monumento de mármol y granito al fallecido escritor. Y entonces, surge un segundo misterio que rodea al fallecimiento de Edgar Allan Poe, y que es conocido como el “Poe Toaster”.
Todos los 19 de enero, fecha del nacimiento del escritor, una figura ataviada con ropa oscura, el rostro cubierto con una bufanda y apoyándose en un bastón, visitaba el lugar donde descansaron por un tiempo los restos de Poe durante las primera horas de la madrugada y dejaba tres rosas rojas y una botella de cognac en la tumba de Poe.
Miembros de la prensa y curiosos en general han tratado de identificar a la persona, pero no han tenido suerte, las fotografías que se llegan a tener de él (o de ella) resultan difusas.
Se dice que las 3 rosas rojas que colocaba el personaje en cuestión, representan a Edgar Allan Poe, su joven esposa Virginia y a su suegra Maria Clemm, los 3 supuestamente, enterrados en el mismo lugar.
La aparición del llamado “Poe Toaster”, comenzó en 1949 y se detuvo en 1998, después ha hecho algunas apariciones esporádicas, como la que ocurrió en 2009, año en el que se cumplieron 200 años del natalicio del maestro Poe y después, ésta misteriosa figura, a la que ahora esperan cada año miles de curiosos “Nunca más”, ha vuelto a aparecer.
Hoy “Macabro” recuerda a éste gran maestro del terror, siempre adorado, jamás olvidado, Edgar Allan Poe.